¡Ole, ole y ole, y al que no diga ole que se le seque la yerbabuena! Es la consigna que María, la Yerbabuena, lleva años gritando en el Teatro Falla a los grupos. Porque el Carnaval tiene tantas tradiciones como pueblos y ciudades lo celebren, pero sin duda una de las más arraigadas en España es la de Cádiz y sus chirigotas, comparsas, coros y cuartetos. ¿Quién no ha escuchado nunca ese dicho de la gaditana La Yerbabuena? Y es que estas agrupaciones no sólo concursan en el Falla, si no que invaden las calles del barrio gaditano de la Viña, se confunden en los olores del pescaíto frito, entre los disfraces del gentío que llena las calles, nos contagian el vocabulario y convierten a Cádiz durante febrero y marzo en la capital de la guasa y de la risa, dedicándose a Don Carnal y apurando los días antes de la llegada de la adusta Doña Cuaresma.
La pestiñada del sábado y la erizada y ostionada del domingo, celebradas aproximadamente un mes antes de la semana grande del Carnaval de Cádiz, marcan el inicio de las fiestas y suponen una de las grandes citas. Primero con los pestiños y el anís y después con el sabor de la mar y el fino de Jerez, que mal que les pese algunos habitantes de la Tacita, también es gaditano, y se bebe, y mucho, en estas fiestas. Estas invitaciones públicas se celebran en el barrio de la Viña (barrio carnavalero por excelencia) y en la plaza San Antonio de la capital gaditana.
Pero lo que más fama ha dado al Carnaval gaditano es su concurso de agrupaciones. Una tradición que se remonta a siglo XVI y en la que participa, de una forma u otra, todo Cádiz. Desde las chirigotas infantiles a las femeninas, cada vez más presentes en las tablas del teatro; de los espectadores locales a los foráneos, que aplauden y jalean a los grupos tanto en el Falla, epicentro de la tradición, como en la calle, donde se dan cita agrupaciones legales e ilegales.
Además, al contrario de lo que se suele pensar, el Carnaval en Cádiz no está marcado por la primera luna de la primavera. Puede que la fecha del concurso y los eventos principales sí que lo estén, pero en realidad, Cádiz vive el Carnaval todo el año, y las agrupaciones se preparan durante meses. Primero el tipo (el disfraz), las letras y la música de sus repertorios, y luego ensayan y ensayan, muchas veces desde después del verano, para llegar listos a febrero.
Y me diréis, ¿de qué agrupaciones estamos hablando? Fundamentalmente, hay cuatro tipos. Pero dejemos que alguien de dentro las presente. “La chirigota es la gracia, la comparsa es diferente, el cuarteto es la ironía, ¡y el coro!, el coro son mucha gente… ¡Para repartir!, ay que no, que no… Ahí no salgo yo”, cantaba la chirigota de José Guerrero, el Yuyu, los Tampax Goyescas, Comparsa Fina y Segura, primer premio del año 2001.
Exactamente, como decían estos chirigoteros, hay cuatro tipo de agrupaciones que concursan. El cuarteto, al contrario de lo que indica su nombre, no siempre tiene cuatro componentes, ya que pueden ser de tres a cinco cuarteteros. Tampoco hacen un repertorio exactamente cantado, si no que tienen una combinación entre la parodia (una especie de sketch), un par de cuplés por actuación y un tema libre (popurrí, parodia o cuplés). Musicalmente no están acompañados por demasiados instrumentos, y puede que se sirvan sólo del pito de caña para entonar, o de las claves para llevar el ritmo. De algunos cuartetos son estribillos tan conocidos como el “¡Ay, qué casualidad! Ahora una guerra mundial, la gente no respeta ni que estamos en Carnaval” (Tres notas musicales, 1991), escrito con motivo de la Primera Guerra del Golfo.
La chirigota tiene hasta doce componentes que interpretan una presentación, dos pasodobles, dos cuplés, con su estribillo, y el popurrí, en cada actuación. Es la agrupación más popular y la que más adhesión crea. Si su actuación está bien preparada y su repertorio está de acuerdo con el tipo, pueden suponer un auténtico bastinazo (pelotazo). Sus letras son graciosas y críticas con la situación de político y social, cuentan anécdotas o piropean a Cádiz, o a la mujer. También tienen su toque de irreverencia, pero todo desde la guasa gaditana. Son muchas las letrillas chirigoteras que han trascendido más allá de los Carnavales y se han prolongado en el tiempo. Uno de los pasodobles con más solera es el de Los duros antiguos, de 1905: “Aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar, que se encontraba la gente a la orillita del mar, que es la cosa más graciosa que en mi vía he visto yo… Y allí fue medio Cái, con la espiocha…”. La letra hace referencia al encuentro de unas monedas de plata en la arena, que llevó a muchos gaditanos, acuciados por el hambre, a escarbar en la playa en busca de más. Más modernas, y que han creado escuela, están Los Lacios, Una Chirigota con Clase, o Los Yesterday, en la década de los 90, u ¡Ojú, Ya Saltó el Levante!, Los Enteraos, o Los Que Salimos Por Gusto, en esta última década.
Las comparsas ponen el punto lírico y más serio del concurso, pero sin dejar de ser irónicas. Compuestas por una quincena de personas, normalmente unas catorce, se caracterizan por lo cuidado de las voces y por sus pasodobles de denuncia social. Tienen el mismo repertorio de la chirigota, y normalmente están acompañados de guitarras, cajones y bombo, además de los pitos de caña que llevan normalmente sus componentes colgados al cuello. Míticas son Los Piratas, Los Ángeles Caídos, La Niña de Mis Ojos o El Espíritu de Cái.
El coro es la agrupación más numerosa y solemne. Introducen el laúd o la bandurria entre los instrumentos que tocan y presentan un espectro mayor de voces ya que hay hasta 40 coristas. El tango o tanguillo es la pieza característica de su repertorio, exclusiva de este tipo de agrupación, que también interpreta presentación, cuplés y popurrí. Sus tipos suelen tener un toque más de fantasía y también salen a la calle a actuar, aunque lo hacen en carrozas para los carruseles de coros que se celebran en las plazas de Cádiz casi todos los días de la semana de Carnaval.
El Concurso de Agrupaciones celebra unas preliminares, octavos, cuartos de final y semifinales hasta llegar a la gran final, el viernes antes del Miércoles de Ceniza. La final se prolonga durante toda la noche y las entradas para el Teatro Falla están tan disputadas que en los últimos años se reparten por sorteo.
Vocabulario carnavalero
No podemos obviar algunas de las palabras habituales de los carnavales desconocidas por los no iniciados.
Bastinazo: pelotazo, agrupación que por su originalidad, actuación, letras, etc, es una de las sorpresas de ese año y una de las mejores del concurso.
Cái: la ciudad de Cádiz, pronunciada en gaditano.
Cajonazo: Es lo contrario de pelotazo, es la agrupación que pese a su gran calidad queda fuera del concurso o de los premios de la final. Suele ser muy criticado por el público y se recuerdan de un año a otro.
Caletero: La Caleta es una de las playas de Cádiz. Caletero se refiere a alguien del barrio de La Caleta, o a un gaditano en general.
COAC: Concurso Oficial de Agrupaciones de Cádiz.
Falla: Teatro principal de Cádiz, lugar de celebración de la fase final del concurso.
Levante: viento que azota Cádiz y que se dice que vuelve locos a los gaditanos.
Libreto: impreso con todo el repertorio de la agrupación que se vende en la calle. Últimamente junto al libreto se vende un CD con la actuación.
Ostión: marisco.
Personajes del Carnaval: hay autores que permanecerán en la memoria de todos los gaditanos, muchas veces más conocidos por sus motes que por sus verdaderos nombres. Los más relevantes los últimos años son: José Guerrero, el Yuyu; José Luis Ballesteros, el Love; Emilio Gutiérrez Cruz, el Libi; José Luis García Cossío, el Selu; Antonio Pedro Serrano, el Canijo de Carmona; Manolo Santander; Tino Tovar; Juan Carlos Aragón (cuyos seguidores se autodenominan Juancarlistas); Antonio Martínez Ares; Julio Pardo (imprescindible en la modalidad de coros y pregonero 2011); y un largo etcétera.
Pito de caña (pronúnciese pitocaña): omnipresente en los carnavales, hecho de caña, madera o incluso de plástico, es un instrumento hueco que tiene en uno de sus extremos un papel de fumar o trozo de plástico que al vibrar distorsiona la voz del que lo toca.
Pregón, y el pregonero: discurso de apertura de las fiestas, el sábado después de la gran final del Falla en la Plaza san Antonio.
Puerta Tierra: entrada al casco antiguo de la ciudad. La separa de la Avenida, que es la zona nueva de Cádiz.
Tacita de plata: es el nombre con que se conoce la parte antigua de la ciudad de Cádiz.
Teo: Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz.
Tipo: el disfraz. Aunque el tipo supone mucho más, ya que condiciona la actuación de esa persona, su forma de hablar y, por tanto, las letras de esa agrupación.
Temas habituales: Cái, la mujer, el Carnaval en sí mismo, la actualidad de Cádiz, su alcaldesa, el paro, el Cádiz, el equipo de fútbol…
Con la llegada de las nuevas tecnologías, en muchas páginas se puede seguir el concurso en directo o a través de resúmenes. Aquellos lectores interesados en ver alguna actuación de este año o de años pasados pueden acceder a los especiales de Onda Cádiz o de Canal Sur.
Ante todo, queremos dejar claro que aunque no seamos gaditanos de nacimiento, sí podemos sentirnos gaditanos de adopción en estas fechas carnavaleras. Por nuestro origen, por nuestra calidad de aficionados, y por las limitaciones que tiene explicar por escrito una tradición como esta, que nos libre Don Carnal de caer en el reduccionismo, y quede claro que Cádiz es mucho Cádiz, sobre todo en Carnavales.
Esther Iorfida