El viernes 8 de marzo de 2013 tuvo lugar en el Conservatorio Real de Bruselas un concierto muy especial para los españoles que vivimos por estos pagos, porque varios de los músicos que pudimos escuchar son españoles: Rebecca Puebla tocará la trompa natural, Miguel García y Aldara Velasco, la viola, y Elías Miguel Rivière, Izana Soria, Edelweis Tinoco y Teresa Hernández, el violín. El título: “Rencontre au sommet, C.W.Gluck, F.Hérold, A.M.Grétry, J.Haydn”, bajo la batuta del director Guy Van Waas, que no es quien los dirige normalmente en las demás sesiones de la orquesta. En el proyecto participaron también alumnos del Koninklijk Conservatorium Brussel y del Conservatoire national supérieur de musique et danse de Paris; todo el trabajo se concentró en una semana, en la que los músicos ensayaron entre cinco y seis horas diarias, y cuyo culmen fueron dos conciertos, el de Bruselas del 8 de marzo y otro en París al día siguiente, el 9 de marzo. Tendremos la posibilidad de volver a escucharlos, el miércoles 20 de marzo en el monasterio de Saint-André de Clerlande, a las 20 h (www.clerlande.com) y el lunes 25 de marzo a las 20 h en la iglesia Notre-Dame du Finistère, en la rue Neuve, Bruselas 1000 (http://www.agenda.be/fr/place/217859/eglise-notre-dame-du-finistere.html), interpretando la Pasión según San Juan, de Juan Sebastián Bach.
Teresa Hernández es una joven música burgalesa que lleva en Bruselas sólo unos meses. En Hispagenda hemos querido darle la bienvenida a la capital de Europa y saber un poco más acerca de ella y de sus proyectos.
Teresa, ¿uno nace músico o se hace?
Para mí y pese a la posible existencia de diferentes opiniones, la respuesta es clara: un músico se hace. Si bien es cierto que hay personas que nacen especialmente dotadas para este tipo de actividad, también lo es que si no existen las circunstancias óptimas y el trabajo necesario para que se desarrollen estas capacidades no sería posible que uno acabe siendo músico. Creo que lo más importante en la música es un buen profesor, que cree un buen ambiente, así como la constancia, la disciplina, las largas horas de estudio y por supuesto el gusto por la misma. Sin todo esto no es posible plantearse la dedicación a la música. Lo que sí que creo que puede marcar “el talento”, añadido al resto de factores citados, el mayor o el menor nivel que acabe adquiriendo cada persona.
¿Y cuándo decidiste que querías dedicarte a la Música?
Fui consciente de que me quería dedicar a la música a los quince años, pero realmente no debió ser una decisión repentina, a esa edad ya llevaba diez años aprendiendo música. Mi madre tocaba el piano y mi padre es un gran melómano, así que decidieron sentarme delante del piano cuando yo tenía cinco años.
¿Por qué elegiste Bruselas como destino al acabar tu carrera?
Porque me habían hablado muy bien del nivel de los profesores, de la calidad de la enseñanza y del funcionamiento del departamento de Música Antigua del Conservatorio Real de Bruselas y decidí probar. Siempre había querido estudiar esta especialidad y en España hay muy pocos conservatorios que la impartan. Además normalmente y no sé por qué, los profesores solían aconsejarnos que antes de hacer violín barroco estudiáramos la carrera de violín “normal”. Y eso fue lo que hice yo, pero los gustos de cada cual no perdonan, y no me quedaba satisfecha si no conocía de cerca el mundo de la música antigua o de la interpretación históricamente informada.
¿Estás contenta de tu decisión?
Sí claro, estoy muy contenta, a pesar de que los inicios son difíciles. Desde luego vivía más cómoda en España, pero no hacía todo lo que quería hacer y además creo que es muy importante salir, completar tu formación y ver cómo se hacen las cosas en otros países.
¿Y qué otros instrumentos tocas?
Como ya he dicho yo empecé tocando el piano, pero si tuve algo claro muy pronto fue que no era este el instrumento que me gustaba, así que al cabo de unos años le pedí a mi madre que me comprara un violín. Mientras estudiaba el grado medio de violín me llamó la atención la flauta travesera y la toqué dos o tres años, pero ahí acabó todo con la flauta. Después empecé con el órgano, porque el conservatorio al que fui a terminar el grado medio impartía esta especialidad y el de la ciudad donde yo vivía no. Lo del órgano lo vi muy claro, me encantaba. Lo empecé a estudiar y sigo en ello, así que a día de hoy toco el violín y el órgano. Y por último, aunque no sea un instrumento, estudio musicología, que es una disciplina más dentro de la música.
¿Qué sería lo que más te gustaría hacer cuando termines?
Pues entre otras cosas me gustaría ser profesora. Siempre me ha encantado la idea de poder ofrecer herramientas a otras personas para que disfruten de y con la música y además creo que es una muy buena manera de seguir aprendiendo con y de los demás. También me gustaría, como actividad artística paralela o complementaria, tocar en diferentes tipos de agrupaciones y trabajar en el campo de la investigación.
¿Cuáles son tus planes de futuro?
Lamentablemente mis planes de futuro distan de lo que a mí me gustaría hacer. No es un momento en el que España, país donde me gustaría trabajar, esté dándose cuenta de la estima que se le debe a la música, como a cualquier otra materia que se enseñe en el colegio o en actividades extraescolares, ni de los beneficios que aporta a las personas, como el desarrollo de la creatividad, imaginación, sentido de la disciplina y de la responsabilidad, sensibilidad, etc. Por lo tanto la opción que me queda y desde luego no me parece mala, es primero, esforzarme al máximo cada día para seguir aprendiendo todo lo que pueda, pensado que esto dará como fruto que algún día haya un hueco en algún sitio para que yo pueda trabajar, y segundo no dejar escapar ninguna de las oportunidades que puedan salir en el plano laboral y en cualquier país, aunque estas puedan parecer en un principio que no se ajustan a nuestro ideal laboral.
¿Qué les dirías a los amigos de Hispagenda sobre el concierto del día 8 y sobre los del 20 y 25 de marzo?
Los conciertos son una oportunidad para poder de alguna manera compartir la energía y la fuerza de alrededor de 50 músicos jóvenes bajo la batuta de un gran director y todos ellos realmente apasionados por lo que hacen y no se me ocurre un mejor plan ni para el miércole 20 ni para el lunes 25: os esperamos a todos.
Marta Sanz