El flamenco, los ‘castells’ y el canto de la Sibila,
nombrados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Cante y baile flamenco

En los últimos días, la UNESCO ha vuelto a ser noticia al incluir en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a 47 nuevos elementos, entre ellos el flamenco, los castells y el canto de la Sibila en Mallorca, además de la dieta mediterránea y la cetrería, que España presentaba junto a otros países. Pero, ¿qué es exactamente un elemento Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad? ¿Por qué se eligen? ¿Cuál es el origen de estas listas de elementos? ¿Y su finalidad? Desde Hispagenda vamos a intentar responder a estas y otras preguntas.

Son pocos los que conocen el origen de la UNESCO y cómo comienza su labor. La organización nace en 1945, en un intento de la comunidad internacional de prevenir conflictos mundiales como la guerra que acababa de terminar. Su objetivo era construir la paz en la mente de los hombres y mujeres, con lo cual, comenzó con proclamar la educación primaria obligatoria y universal.

Templo de Abu Simbel
Templo de Abu Simbel durante el desplazamiento

Pero uno de los primeros proyectos de envergadura mundial, en los que la UNESCO comenzó su trabajo de protección del patrimonio, fue la campaña internacional de recaudación de fondos para desplazar el Gran Templo de Abu Simbel, en Egipto, y evitar que resultara inundado por el Nilo, en 1960. Ante la construcción de la presa de Asuán, los templos fueron desmontados y trasladados a unos 200 m. de distancia y a unos 65 m. de altura. Todo un reto técnico que se alargó dos décadas, y tras el cual el gobierno egipcio agradeció a los países que más habían colaborado con la donación de determinados templos. Por esa razón, el templo de Debod se encuentra ahora en Madrid.

Fue la primera y la mayor de una serie de campaña de recuperación de monumentos en el que se incluyeron Moenjodaro (Pakistán), Fez (Marruecos), Katmandú (Nepal), Borobudur (Indonesia) y la Acrópolis (Grecia). Aunque la Lista del Patrimonio Mundial no se crearía hasta 1978, el rescate de Abu Simbel fue su impulsor definitivo.

No será hasta el siglo XXI que surja el proyecto de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, que reconocía el valor de tradiciones, costumbres, espacios y expresiones culturales, y que más tarde se equipararía a sus homónimos físicos con la creación de la Lista de Patrimonio Intangible.

Hasta hace poco, el Misterio de Elche, la Patum de Berga, los tribunales regantes del Mediterráneos español y el silbo de la isla de La Gomera eran los únicos elementos españoles que incluía la UNESCO este listado de patrimonio cultural. Ahora, con la inclusión del flamenco, los castells y el canto de la Sibila de Mallorca, la organización mundial hace una fuerte apuesta por las tradiciones más representativas de nuestro país. El flamenco ha dejado de ser sólo patrimonio de los andaluces o los españoles para convertirse en una herencia que debe ser protegida y respetada por toda la humanidad. Además, la dieta mediterránea, reconocida a la candidatura conjunta de España, Marruecos, Italia y Grecia; y la cetrería, respaldada por España y otros diez países, han entrado también en la lista. Así es la descripción que la UNESCO ha valorado de cada una de estas nuevas entradas.

El flamenco

La Unesco la define como «una expresión artística resultante de la fusión de la música vocal, el arte de la danza y el acompañamiento musical, denominados respectivamente cante, baile y toque«. Subrayan además que la cuna del flamenco es Andalucía, aunque también tiene raíces en otras regiones como Murcia y Extremadura. Reproducimos, como curiosidad, la explicación sobre la técnica y la interpretación que ofrece la propia UNESCO en su página web.

Cante y baile flamenco

«El cante flamenco lo interpretan, en solo y sentados generalmente, un hombre o una mujer. Expresa toda una gama de sentimientos y estados de ánimo –pena, alegría, tragedia, regocijo y temor– mediante palabras sinceras y expresivas, caracterizadas por su concisión y sencillez. El baile flamenco, danza del apasionamiento y la seducción, expresa también toda una serie de emociones, que van desde la tristeza hasta la alegría. Su técnica es compleja y la interpretación es diferente, según quien lo interprete: si es un hombre lo bailará con gran fuerza, recurriendo sobre todo a los pies; y si es una mujer lo ejecutará con movimientos más sensuales. El toque de la guitarra flamenca ha trascendido, desde hace mucho tiempo, su primitiva función de acompañamiento del cante. Éste se acompaña también con otros instrumentos como las castañuelas, y también con palmas y taconazos».

CastellLos ‘castells’

Las torres humanas catalanas por excelencia son ya patrimonio de la humanidad. Una técnica que se transmite de generación en generación y en el que participan castellers de todas las edades, ya que los pisos más altos de la torre los conforman los niños. La costumbre se mantiene en Cataluña por grupos de aficionados y los castells, que pueden alcanzar los 10 pisos, se erigen normalmente con motivo de las festividades de los pueblos. En la torre, los hombres más robustos se sitúan en el tronco y sobre ellos descansan jóvenes más esbeltos. La base del castell, llamada piña, es un conglomerado humano en el que participa cualquiera de los presentes.

El canto de la SibilaEl canto de la Sibila de Mallorca

Tradición más religiosa es esta mallorquina, un canto de origen gregoriano que se interpreta a cappella en Nochebuena en todas las iglesias de la isla durante la vigilia. Durante el canto, la Sibila, que puede ser un niño o una niña, acompañada por dos acólitos, recorre la iglesia en procesión con una espada que sostiene delante del rostro. Al llegar al coro, el cantante traza una cruz con la espada en el aire. Todas las generaciones participan en el rito y en su organización y confección de los atuendos.

Tradiciones todas que conforman poco a poco la imagen de España ante el resto del mundo, que las ha adoptado ya como su propio patrimonio.


Esther Iorfida

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